Plaga
La obra propone tres situaciones escénicas, cuya vinculación argumental sólo se va comprendiendo a lo largo de la obra. En la primera, dos hermanas, invadidas en su casa por una serie de insectos, reciben la visita de un exterminador al que posteriormente invitan a quedarse con ellas. La segunda muestra a dos guardias que resguardan un misterioso galpón con la orden de no ingresar por más que escuchen ruidos sospechosos. En la tercera, una mujer emprende un viaje, aparentemente huyendo de su pasado.
La invitación de las hermanas al exterminador devela la necesidad de restablecer una comunidad perdida, una que quizás es imposible, puesto que se funda en dinámicas de dependencia inmutables y en una persistente negación de la ausencia que ha dejado una huella y del pasado. Por su parte, la lucha de poder entre los guardias pone en evidencia la obsesión del más joven por develar un secreto que el viejo no está dispuesto a enfrentar, justificándose en la férrea obediencia a las órdenes de sus superiores. Finalmente, en el tercer mundo de la obra, referencia directa a la obra original (?La mantis religiosa?) la mujer que viaja radicaliza el destino de uno de los personajes. Adela, va en busca de un modelo de felicidad y bienestar, construido a partir de los estándares de la sociedad de consumo y la publicidad.
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